Y de repente se transformó en una Bella mariposa

Y así, un buen día en algún lugar de ese Universo vivía una oruga. Se sentía triste, débil y muy indefensa ante todo su entorno. Esa oruga prefería estar aislada, arrastrarse por la tierra sin sentido y sin esperanza, su vivencia era pura existencia, no le daba ningún sentido a su vida y eso era lo que más le desmotiva cada día nuevo. La vida rutinaria de arrastrarse, sin llegar a ninguna parte, la empujaba con más intensidad hacia un túnel sin salida, hacia el abismo. Un buen día volaba por allá un abejorro, se acercó hacia la oruga y le preguntó el motivo de su tristeza y desilusión ante la maravillosa vida. Ella sin mucho afán se pronunció hacia sus palabras dándole a entender que no necesitaba consejos ni sugerencias. Sus ideas eran tan limitadas , que ignoraba por completo cualquier idea nueva que pudiera venir desde el exterior para mejorar su estado emocional. Se hacía la victima, suponiendo que de esa manera nadie la perturbaría, En cambio el abejorro le enseñ...